24-04-2016,Nacional,El mundo rural: la difícil supervivencia diaria por diario.es con cometario FEEM
El mundo rural: la difícil supervivencia diaria
Juan (11 años) es acompañado cada mañana por Mª Angeles, su madre, a la
parada del autobús que le llevará a Molina de Aragón, el pueblo más
cercano, con algo más de 3.500 habitantes. Juan es el único niño de
Selas, donde aunque hay censadas 64 personas, solo viven 11. Juan nunca
ha ido a la escuela de su pueblo, porque esta cerró en 1974, cuanto la
mayor parte de la gente emigró. Juan echa en falta otros niños con los
que jugar; también se queja de que apenas puede ver vídeos de YouTube.
En verano la situación es diferente. Hay casi 200 personas y Juan ya
tiene amigos con los que jugar.
Mª Angeles (44 años) tiene una casa
rural en Selas. La puso en marcha junto con su marido, aprovechando
ayudas europeas. Es de los pocos negocios que van relativamente bien.
Llegan turistas “urbanos”, pero también trabajadores de Iberdrola, que
se dedican al mantenimiento de los molinos de viento. Su marido, Javier,
fue alcalde del pueblo. Ahora está en paro.
Despoblación Rural |
Juan va algunas tardes al salón de plenos del Ayuntamiento. Allí recibe
clases de refuerzo que le da su tía. Ese salón hace también de
consultorio médico (porque en el consultorio no hay calefacción). Ella
es bedela en el colegio de Juan, pero también ganadera, junto con el tío
de Juan, que también trabaja en una cuadrilla forestal. El monte es
otra de las fuentes de riqueza (tala, serrerías, resina, así como
paisaje para los visitantes urbanos); sin embargo, esta riqueza puede
desaparecer en apenas unas horas, como las 4.500 hectáreas que fueron
pasto de las llamas en Riba de Saélices en 2005, incendio que además se
llevó por delante la vida de 11 personas.
En La Cerollera los niños eran más afortunados. Sumaban siete
correteando por sus calles a principios de 2013. La mitad de la
población censada era mayor de 60 años. Pero para su alcalde, Antonio
Arrufat, el pueblo estaba de enhorabuena: había pasado de los 87
habitantes de 1997 a los 112 de esos momentos; y con ello, y sobre todo,
habían conseguido recuperar la escuela. Los niños ya no tenían que ir a
otro pueblo. Antonio Arrufat, también presidente de la Diputación de
Teruel, fue uno de los impulsores de la comisión del Senado que en 2015
ha estudiado la adopción de medidas contra la despoblación rural en
España.
En esta “Ponencia de estudio para la adopción de medidas en relación con la despoblación rural en España”,
participaron muchos expertos, entre ellos Jesús Alba. Herrero de
profesión (cuarta generación) es, tras tres legislaturas en la vida
pública, alcalde de Checa –por supuesto, sin sueldo-. En la comisión del
Senado, calificó a muchas de nuestras zonas rurales como
“biológicamente muertas”, y por desgracia no le faltaba razón. Pero
Jesús no es en absoluto fatalista; antes al contrario, personifica el
optimismo y las ganas de luchar por un futuro mejor: “
me gustaría que supiéramos aprovechar los recursos y las potencialidades
que tiene el territorio. Eso sería suficiente para que la gente viviese
aquí con calidad. Ojalá no tuviéramos siempre que pedir limosna por
servicios fundamentales como la sanidad y la educación”. Jesús
Alba, Jerónimo Lorente, Ángel Luis López, Diego Sanz, María José Chueca,
o Miguel Ángel Casado, son otros tantos personajes que, como María
Ángeles, Javier, y hasta su pequeño Juan, pueden resultar anónimos para
los lectores. Pero son la imagen viva de la lucha callada de miles y
miles de habitantes rurales por seguir viviendo en sus pueblos, con
dignidad. Son agricultores, apicultores, panaderos, trabajadores
sociales, bibliotecarios, trabajadores de correos, etc., y por supuesto,
muchos de ellos están implicados en la vida pública como concejales o
alcaldes. Algunos se han resistido a salir de sus pueblos, y en ellos
siguen. Otros han vuelto de las ciudades, bien por haber perdido el
trabajo o simplemente por preferir otro modo de vida. Algunos tienen
estudios básicos, pero otros han hecho su tesis doctoral. Y todos ellos
tienen algo en común, son luchadores por la dignidad del mundo rural. No
en vano los han definido como Quijotes de la vida rural,
un calificativo muy apropiado al hilo de las celebraciones cervantinas
de estos días. En definitiva, son gentes que luchan por trabajar y vivir
dignamente en sus pueblos. Con ello, tal vez sin ser conscientes, están
prestando un servicio a la sociedad de inestimable valor, que no solo
no se les reconoce suficientemente, sino al que en ocasiones se le ponen
obstáculos, como se señalaba en el marco de una entrevista a Marcos
Campos, presidente del Foro de la Escuela Rural de Castilla-La Mancha: “
Más de 70 colegios cerrados en cuatro años. La supervivencia de la
escuela rural ha sido uno de los grandes campos de batalla de quienes
luchan contra la despoblación. El Gobierno que presidió Mª Dolores de
Cospedal dejó sin contenido el artículo 128.3 de la Ley de Educación,
que establecía que una escuela se mantendría abierta en Castilla-La
Mancha siempre que hubiese un mínimo de cuatro alumnos. Ahora, el
Gobierno de García-Page ha vuelto a los parámetros anteriores, y el
pasado verano contactó con familias y ayuntamientos para ponerlo en
marcha. Solo 20 escuelas han solicitado la reapertura: muchas familias
se habían marchado de los pueblos y ya no hay niños”.
Este pequeño viaje a la España despoblada
ilustra solo algunas de los cientos de historias de supervivencia que
podemos encontrar en nuestras zonas rurales. Están extraídas de sendos
reportajes, el primero de carácter fotográfico sobre la denominada Siberia española, y el segundo consiste también en un excelente reportaje sobre la Laponia española (denominaciones
diferentes para referirse a prácticamente el mismo ámbito geográfico).
Este se enmarca a su vez en el proyecto conocido como Serranía Celtibérica,
un conjunto rural que incluye territorios de cinco Comunidades
Autónomas, caracterizado por una densidad media (8 hab./km2) que está
entre las más bajas de la Unión Europea, el mayor índice de
envejecimiento, y a su vez la tasa de natalidad más baja (Figura 1).
COMENTARIO FEEM:
Dicha Ponencia no convoco a los representantes de las Entidades locales menores, a través de la Federación Española de Entidades locales menores FEEM, y
creemos que no se puede hacer un plan de medidas de espaldas a los que
vivimos en ese medio rural.
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